San Eudocimo de Capadocia (Asia Menor) vivió durante el noveno siglo bajo el reinado del emperador Teofilo (829-842). Eudocimo era hijo de padres piadosos y Cristianos, su padre era Basilio y su madre Eudocia quienes eran una ilustre familia conocida por el emperador. Los padres educaron al Santo en "disciplina y amonestación del Señor" (Ef 6:4) sembrando en su alma virtudes santas y una sincera fe.

La justa vida de San Eudocimo fue dedicada a la devoción de agradar a Dios y servir al prójimo. El tomo votos de castidad, evitaba conversaciones con las mujeres y no las miraba. El solamente hablaba con su madre a quien respetaba profundamente. El emperador valoro sus virtudes y talentos y lo nombro como gobernador de Chorsiane en Armenia. San Eudocimo quien cumplió sus misiones como siervo de Dios, gobernó al pueblo con justicia y bondad. El se preocupo por los desafortunados, los huérfanos, y las viudas y siempre defendió a los de la clase común. Sus buenas obras Cristianas fueron siempre realizadas en secreto y solamente eran conocidas por Dios.

Eudocimo agrado a Dios por su vida intachable y el Señor lo llamo a la edad de 33 años.

Acostado en su lecho de muerte, el Santo dio sus instrucciones finales pidiéndoles a sus sirvientes que lo llevaran a su tumba con la misma ropa que llevara puesta cuando le llegara el momento final. El Santo se despidió de todos y se encomendó al Señor rogándole que nadie se enterara de su muerte tal como nadie nunca fue testigo de sus esfuerzos secretos durante su vida. Sus sirvientes lo atendieron y lo sepultaron como el lo había deseado. Después de la muerte de San Eudocimo ocurrieron muchos milagros en su tumba, muchos enfermos se sanaron y las noticias de las sanciones milagrosas se esparcieron rápidamente.

Al pasar 18 meses de su muerte, la madre de San Eudocimo llego de Constantinopla a venerar sus reliquias y ordeno que movieran la roca de su tumba, que excavaran en la tierra y abrieran la tumba de su Santo hijo. Todos presenciaron como la cara del Santo radiaba de un brillante resplandor tal como si estuviese vivo y su cuerpo cual no estaba afectado por podredumbre había producido una dulce fragancia. Los presentes tomaron el ataúd con las reliquias del Santo y lo vistieron con nuevas vestimentas. Su madre deseaba llevar las reliquias de su hijo a Constantinopla pero los Karsianos no le permitieron el pasaje a su Santo. Al pasar un tiempo, el hieromonje José quien había sido el sirviente y el protector de la tumba del Santo, traslado las reliquias de San Eudocimo a Constantinopla. Sus reliquias fueron guardadas en un relicario de plata en la iglesia de la Santísima Theotokos construida por los padres del Santo.

San Eudocimo es considerado por los Ortodoxos Rusos como uno de los mayores protectores e intercesor ante Dios por el hogar y la familia. El fue, como significaba su nombre, un verdadero éxito de todas las virtudes.




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