Bienaventurado Viacheslav (o Vincheslav, o Vatslav), príncipe de Chequia, era el nieto de la santa princesa Ludmila (mirar antes), la que lo educó en la fe cristiana. Habiendo tenido excelente educación del presbítero Pablo; estudiante del beato Metodio, san Viachesláv dominaba el idioma eslavo, el latín, y griego, siendo muy instruido. Su padre el príncipe Róstislav (Vrátislav) falleció en el 920 en lucha en los juegos y a los 18 años Viacheslav subió al trono.

Gobernó con inteligencia y justicia, preocupándose por la difusión del cristianismo en su pueblo. Recuperando a hijos de idólatras vendidos como esclavos los entregaba educándolos como cristianos. El príncipe Viacheslav era pacifista, respetaba al clero, adornaba los templos. Se preocupó por el afianzamiento del cristianismo en Chequia, Praga, y les construyó un magnífico templo con el nombre de san Vita.

El sacerdocio alemán, perseguidores del beato Metodio anteriormente, luchaban contra san Viacheslav, y hacían levantar contra él envidiosos señores. Estos señores se organizaron contra Viacheslav y persuadieron al hermano menor, Voleslav para que ocupara el trono. Para deshacerse de Viacheslav, Voleslav lo invitó para la bendición del templo. Viacheslav no quiso creerle a sus sirvientes quienes lo previnieron acerca del complot. Fue al templo al oficio de la mañana y en el atrio fue muerto por el hermano y amigos. Esto sucedió en el año 935. El cuerpo trozado del beato Viacheslav estuvo varios días sin ser sepultado, por lo cual la gente estaba impaciente e incómoda. La madre habiendo tenido la noticia del sacrificio de Viacheslav, dio sepultura a los restos en el templo cerca del jardín del príncipe. La sangre derramada en las puertas del templo durante mucho tiempo no se pudo eliminar. Voleslav, siendo gobernante se ocupó de la erradicación de la Ortodoxia en Chequia y evangelización del catolicismo. Obligó que la Liturgia se realizara solo en latín. Bajo la presión del pueblo venerando a Viacheslav como mártir, el matador del hermano arrepentido trasladó sus restos a Praga, sepultándolos en la iglesia de san Vita. El beato Viacheslav

Junto con la princesa Ludmila se veneran como protectores de Chequia.




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