El Santo Mártir Conon de Isauria nació en Betania, un pueblo cercano de la ciudad Isaura de Asia Menor, los habitantes habían aceptado el Cristianismo del Apóstol Pablo. El “Archistrategos” (dirigente de los Huestes Celestiales) Miguel protegía a San Conon desde su juventud, se le aparecía y lo ayudaba muchas veces en su vida cuando se encontraba en circunstancias difíciles.

San Conon se casó con una doncella que se llamaba Ana por la insistencia de sus padres. El persuadió a Ana que vivieran en virginidad después de su matrimonio. El matrimonio joven vivía como hermano y hermana, dedicando su vida totalmente a Dios. San Conon también trajo sus padres a la fe Cristiana. Su padre, San Néstor murió como un mártir por su denuncia de la adoración de ídolos.

Después de enterrar a su madre y esposa, San Conon seguía sirviendo a Dios dedicándose totalmente a obras monásticas, oración y ayuno. En su vejez recibió el don de hacer milagros. Convirtió a muchos paganos por la virtud de su predicación y los milagros que hacía. Decían que hasta los espíritus malignos estaban obligados a servirle.

San Conon fue uno de los primeros que sufrió cuando empezó la persecución contra los Cristianos en Isauria. Lo sometieron a torturas severas porque se negaba ofrecer sacrificios a los ídolos. Cuando la gente de Isauria se enteraron de la tortura a la cual el santo estaba sujeto y vinieron con armas para defender al mártir. Los torturadores se asustaron cuando vieron la multitud de gente y huyeron. El pueblo encontró el cuerpo del mártir herido y sangriento en el lugar de su tortura.

Aunque San Conon deseaba aguantar el martirio por el Señor, vivió por dos años más. El murió en el segundo siglo y fue enterrado al lado de sus padres y su esposa.




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