Nacido de padres ricos en el bajo Tebas en Egipto durante el reino del Emperador Decio, Pablo y una hermana suya heredaron todas las riquezas de sus padres. Mas su cuñado, que era un idólatra, planeaba quedarse con la parte de la herencia que pertenecía a Pablo, así que lo amenazó con denunciarlo como cristiano ante las autoridades si no le entregaba su parte de la herencia. Este infortunio, unido a los ejemplos de sacrificio propio de los mártires cristianos que Pablo había contemplado con sus propios ojos, lo movieron a dar su mitad de la herencia a su hermana y a retirarse al desierto, donde vivió en ascetismo hasta su muerte. Las alturas espirituales a las que llegó este gigante del monacato son atestiguadas nada menos que por san Antonio el Grande, quien visitó a Pablo en una ocasión y vio como las bestias salvajes y las aves de cielo le ministraban. Al regresar de esta visita, Antonio dijo a sus monjes: «Ay de mí, hijos míos, pues soy un monje falso y pecador, un monje sólo en nombre. He visto a Elías, a Juan en el desierto, a Pablo en el Paraíso!». San Pablo vivió ciento trece años, y entró en paz a su descanso en el Señor en el año 342 d. C.




Back

PayPal