Su nombre está asociado a la vida de los habitantes de la antigua Lutecia. La montaña donde Clovis había levantado una iglesia en honor de San Pedro y San Pablo se llamaría en lo sucesivo montaña de Santa Genoveva. Al lado del rey merovingio será enterrada y sucesivas vicisitudes llevarán sus cenizas hasta el lugar que hoy ocupa la iglesia de San Esteban del Monte (Saint - Etienne - du -Mont) rodeados de una hermosa reja de hierro forjado, entre cirios y exvotos de sus fieles agradecidos. Nació en Nanterre, cerca de París en los principios del siglo IV, sus padres fueron Severo y Leoncia que eran nombres frecuentes entre los romanos. En algunos relatos de su vida aparecen hechos que con toda probabilidad, pertenecen a textos que enaltecen su figura. El imprudente que osó insultarla cayó muerto en el acto. Su madre queda ciega, cuando arrebatada por la ira pone su mano sobre la santa; inmediatamente, llena de misericordia filial, ella la cura. En dos de los relatos se funda el patronazgo sobre París. Uno fue la liberación del ataque esperado y temido de Atila invasor; el otro fue la milagrosa provisión de alimentos que la santa proporciona a parisinos que la isla del Sena soporta por parte del rey Clovis en una lucha por su corona, cuando ya comenzaba a diezmar la ciudad por el hambre. No es extraño que los parisinos la tengan por patrona. Murió anciana en la primera década del siglo VI.




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