Era un noble, y gobernador de la isla de Niberta, cerca de Cádiz, en España. Conociendo toda la vanidad de este mundo, renunció a su gloria y se marchó a Roma, donde se hizo monje. Después de esto fue a Constantinopla, donde habló con los emperadores Constantino y Román Porfirogénito, y siguiendo luego hacia Jerusalén. Allí recibió el gran hábito monástico de manos del patriarca Cristodulo, quien le dio el nombre de Esteban. Maltratado por los sarracenos, que lo hostigaban para que se afeitara la barba, se fue a Egipto, donde sufrió grandemente y murió por el nombre de Cristo. Entró al Reino de Cristo en el siglo X.




Back

PayPal